- No cepillarse con frecuencia: 3 veces al día durante 2-3minutos.
- Cepillarse con demasiada fuerza: perjudicial para el esmalte de tus dientes y la encía.
- Utilizar una técnica de cepillado incorrecta: el movimiento debe ser vertical en un movimiento de barrido con las cerdas a 45º de la superficie dentaria, nunca en horizontal.
- No elegir el cepillo dental adecuado: se recomiendan cepillos con cabezal pequeño para poder limpiar las zonas de difícil acceso.
- Utilizar un cepillo de cerdas demasiado duras: se recomienda una dureza media.
- No llevar un orden a la hora de cepillarse: empezar por los molares del lado derecho y cepillar toda la arcada de delante y luego pasar a la parte del paladar y finalmente, bajar a la otra arcada y oclusal.
- No limpiar ni secar el cepillo dental: limpiar bajo el chorro de agua y sacudir el exceso.
- No cambiar el cepillo cada 3 meses o cuando las cerdas estén en mal estado, es decir, desgastadas/deformadas.
- Dentífrico utilizado demasiado abrasivo.
- Cepillarse enseguida después de comer ácidos: debe pasar media hora para dar tiempo a la saliva para neutralizar los ácidos.