Lo principal que hay que conoces es que el azúcar es un ingrediente que incrementa el aporte calórico sin aportarnos ningún nutriente. el problema surge cuando el consumo se hace de forma regular mantenido en el tiempo. a largo plazo, los efectos que tiene sobre la salud un consumo abusivo del azúcar son preocupantes.
La sacarosa favorece que aparezcan bacterias a nivel oral, provoca la desmineralización del esmalte de los dientes y es un gran potenciador de la caries. por tanto, deben evitarse los alimentos ricos en azucares como los bollos, chucherías y galletas. Y especialmente los alimentos pegajosos como la miel, el chocolate o la mermelada, porque contienen mucho azúcar que se adhiere a la dentadura y su efecto nocivo se prolonga durante más tiempo. También hay que limitar el consumo de los refrescos, especialmente las bebidas energéticas, porque contienen un elevado nivel de azúcar.
La clave para tener una buena salud dental en no descuidar la limpieza bucal diaria, tres cepillados después de cada comida, y una vez al año realizar una visita al dentista.
Sabemos por los últimos estudios que un alto consumo de azúcares prolongado en el tiempo provoca diabetes, colesterol y sobrepeso. Los hidratos de carbono que consumimos de más y no quemamos, se convierten en grasa en nuestro organismo y eso provoca el aumento de peso. Además, en exceso, el azúcar promueve elevados niveles de insulina encargada de retirar el azúcar de la sangre. Con el tiempo, el organismo puede acostumbrarse a esos elevados niveles de insulina, volviéndose en última instancia resistente a la misma, lo que se denomina diabetes tipo II.
La clave es aprender a comer, realizar las cinco comidas al día que el organismo necesita y llevar una dieta sana y equilibrada donde abunden sobre todos las frutas, verduras y legumbres.
Azúcar sí, pero moderadamente por el bien de nuestros dientes y nuestro organismo.