Actualmente vivimos en una sociedad en la que hay un abuso en el consumo de azúcar, así como de grasas y sal, convirtiéndolo en un problema de salud pública mundial. La diabetes, la obesidad, el riesgo cardiovascular o la caries son sólo algunas de las enfermedades relacionadas directamente con un consumo excesivo de azúcar.
Cuando se consumen en exceso son uno de los alimentos más perjudiciales siendo recomendable que solo el 10% de las calorías ingeridas provengan del azúcar.
En los últimos años el consumo mundial de azúcar se ha triplicado, y actualmente sigue aumentando, poniendo en alerta a la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha llevado a cabo diferentes iniciativas para reducir el consumo de azúcar en todo el mundo.
Cuando el azúcar entra en el organismo se descompone en glucosa y fructosa; la glucosa es vital para las células y puede ser producida de manera natural por nuestro cuerpo, mientras que la fructosa cuando se ingiere en grandes cantidades dificulta la capacidad del organismo para metabolizarla.
Un exceso continuado puede provocar obesidad, que conlleva multitud de problemas de salud.
El consumo de azúcar altera la mezcla de bacterias presentes en la boca, favoreciendo la presencia de bacterias que convierten los azúcares en ácidos; entre otras consecuencias, estos ácidos desmineralizan el esmalte de los dientes. los episodios repetidos de ingesta de azúcar durante todo el día aumentan la frecuencia de los ataques ácidos y el riesgo de desarrollar caries dental.
La clave consiste en moderar la alimentación, sustituyendo los alimentos con más azúcar por otros más saludables; cuidar la higiene bucodental y visitar regularmente al odontólogo.