El bruxismo es un trastorno caracterizado por apretar o rechinar los dientes de manera involuntaria, especialmente durante el sueño, aunque también puede ocurrir durante el día. Este hábito puede ser perjudicial para la salud dental y general si no se trata adecuadamente.

Existen dos formas principales de bruxismo:

  1. Bruxismo céntrico: Es cuando se aprietan los dientes superiores e inferiores fuertemente y de manera continua. Este tipo de bruxismo puede causar desgaste dental, dolor en los músculos de la mandíbula, y en ocasiones, incluso fracturas dentales.
  2. Bruxismo excéntrico: Se refiere al rechinamiento de los dientes, que ocurre cuando los movemos lateralmente o hacia adelante y atrás. Este tipo de bruxismo suele producir un desgaste dental más notorio en las superficies de los dientes.

Las causas del bruxismo pueden ser diversas y a menudo están relacionadas con factores como el estrés, la ansiedad, la maloclusión dental (mala alineación de los dientes), problemas del sueño o efectos secundarios de algunos medicamentos.

El bruxismo puede tener consecuencias negativas en la salud dental y bucal, tales como:

  • Desgaste excesivo de los dientes.
  • Fracturas o astillamiento de los dientes.
  • Dolor en la mandíbula, cuello o cabeza.
  • Trastornos de la articulación temporomandibular (ATM).
  • Dolor y sensibilidad dental.
  • Problemas en las encías y pérdida ósea alrededor de los dientes.
  • Trastornos del sueño.

Si sospechas que padeces bruxismo, es importante que consultes a tu dentista. Él o ella podrá evaluar tu situación y determinar el tratamiento adecuado. Algunas medidas que pueden recomendarse para el manejo del bruxismo incluyen:

  • Uso de protectores bucales o férulas nocturnas para proteger los dientes del desgaste.
  • Terapia de relajación para reducir el estrés y la ansiedad.
  • Fisioterapia para aliviar el dolor muscular.
  • Tratamiento para corregir problemas de maloclusión dental.
  • Evitar el consumo excesivo de cafeína y alcohol, ya que pueden empeorar el bruxismo.
  • Prácticas de higiene y cuidado dental adecuadas.

Recuerda que el tratamiento adecuado dependerá de la causa subyacente del bruxismo, por lo que es esencial acudir a un profesional de la salud dental para recibir una evaluación y plan de tratamiento personalizado.